Nicolás Maduro se declaró presidente de Venezuela el viernes 10 de enero de 2025, sin presentar las actas electorales que respaldaran su victoria en las elecciones del 28 de julio de 2024. La ceremonia de su toma de posesión tuvo lugar en un país bajo fuerte control militar, con las fronteras y el espacio aéreo cerrados, en un contexto marcado por acusaciones de fraude electoral.
Foto: Manifestación de protesta con Corina Machado en Caracas
(Voz de América, Public domain, via Wikimedia Commons)
Por su parte, Edmundo González, el presidente electo, quien había anunciado su intención de estar presente en el territorio nacional, no se presentó. El chavismo activó el sistema de defensa aérea, con misiles antiaéreo 9k37 BUK, de fabricación rusa, para derribar el avión en el que pretendía ingresar. La líder opositora Corina Machado aseguró: “Edmundo vendrá a juramentarse en el momento correcto, cuando las condiciones sean las adecuadas”.
“Esta toma de posesión no pudieron detenerla”, afirmó Maduro. Las plazas de las ciudades donde se habían instalado pantallas permanecieron vacías.
Por su parte Estados Unidos y la Unión Europea endurecieron sus sanciones, señalando que Maduro “carece de legitimidad democrática” y no han enviado representantes a la ceremonia de investidura.
El presidente chileno Gabriel Boric y su homólogo argentino Javier Milei llamador “dictadura” al régimen de Maduro, y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva o el colo biano Gustavo Petro, antes cercanos, ahora han tomado distancia.
Maduro se negó a mostrar las actas electorales del 28 de julio, en cambio la oposición presentó las actas que logró recoger, que demostraban la victoria de González, las cuales fueron verificadas por el Centro Carter, uno de los pocos órganos internacionales que participó como observador al proceso electoral.
Estados Unidos anunció que eleva a 25 millones de dólares la recompensa por información que lleve a la detención de Maduro y Diosdado Cabello.
Hernan Sergio Mora