Roma, 30 sett. 2022 – El domingo 9 de octubre en la plaza de San Pedro en el Vaticano, el papa Francisco elevará al honor de los altares a Artémides Zatti, italiano de Regio Emilia, que emigró junto a su familia de campesinos a Argentina en 1897, cuando tenía 17 años de edad.
Artémide Zatti.
Instalado en Bahía Blanca, Artémides trabajó en una fábrica de baldosas. Frecuentaba la Parroquia Nuestra Señora de la Merced y su oratorio de los salesianos. Maduró allí su vocación religiosa.
Entró en el seminario y en ese período contrajo la tuberculosis, enfermedad incurable en esa época. Hizo la promesa a la Virgen María bajo la advocación de María Auxiliadora, que si se curaba se ocuparía de los enfermos del Hospital San José de Viedma.
Curado milagrosamente, en el seminario consideraron que su frágil salud no le permitiría ser sacerdote. Artémide optó así en 1911 por ser Salesiano Coadjutor. O sea religioso con los tres votos: pobreza, humildad y castidad, sin ser sacerdote.
Pasó a ser vicedirector, administrador y enfermero del hospital que acabó dirigiendo. A pesar de tener esos cargos, nunca dejó de moverse en bicicleta, visitando en la fría Patagonia a los enfermos, sin importar el horario o la distancia, el viento o las bajas temperaturas, recibiendo el sobrenombre de “el enfermero de los pobres”.
Obtuvo la ciudadanía argentina y el título universitario de “Idóneo en Farmacia”, trabajó sin cesar durante cincuenta años en los que dedicó su atención a los pobres y enfermos de Viedma, Río Negro.
Falleció en 1951 a los 70 años de edad. Sus restos se encuentran en la iglesia del Sagrado Corazón de Jesús, en el Instituto San Juan Bosco de la ciudad de Viedma.
Su sobrino argentino, el sacerdote salesiano Juan Edmundo Vecchi, llegó a ser Rector Mayor de la Congregación Salesiana, como el 8º sucesor de Don Bosco, entre 1996 y 2002, cuando falleció en Roma.
Ver más documentación y fotos en www.zatti.org